Desde pequeña la pasaba soñando despierta, quería que mi vida fuese como una película, con efectos especiales, banda sonora y finales felices... tanto así que amaba soñar, cerraba los ojos e iniciaba yo el capítulo de ese día, con los personajes, lugares y la historia que en el momento deseaba vivir.
Si, era de esas niñas que prefería pasarse el día mirando los animados preferidos y series del momento... aunque debo decir que mi niñez fue bastante entretenida, a veces sola en el cuarto imaginando una vida con las barbies o mariquitas.
En mi casa teníamos horarios de ver TV, por lo que el resto de mis tardes lo pasaba en las calles del sector donde vivía, con los demás niños, jugando en las aceras y patios de los vecinos (o el de mi casa)... no fui una niña convencional que solo jugaba muñecas y a la cocinita, me animaban más los caminar por el barrio, montar bicicletas, subir a los árboles más grandes, "marotear" almendras, cajuil, en las casas vecinas y por su puesto, jugar al trúcamelo, el escondido, bolitas y hasta vitilla en las calles, todos juegos característicos de esa época... podría decirse que era lo que llamaban una "marimacho", aunque en mi caso, con bastantes gestos y poses femeninas.
En los primeros 10 años de mi vida predominaron esos momentos, luego mi madre decidió inducirme en otros intereses más de "señoritas", con clases de cocina, costura y bordados, y hasta de etiqueta y protocolo, si, mi madre es de esas, fue reina de belleza en su pueblo, era de esperarse, hasta en clases de modelar para que aprendiera a caminar. Aun así mis años de niñez y adolescencia tuvieron un balance, porque no dejaba de hacer lo que me gustaba, nadaba, montaba bicicleta, y veía TV para poder soñar con vivir en un castillo en el espacio y ser salvada por El Galáctico, o pelear una batalla junto a los Thundercats, o hasta con vivir una historia como la de Mork & Mindy... todo esto se vio interrumpido, cuando llegué a la edad donde comienza el interés por los chicos, ahí todo cambió, y en un pestañear pasé a ser una adulta muy joven que olvidó sus intereses de soñar despierta, de vivir en una celuloide, llenando las expectativas de todos los que me rodeaban y tratando de cumplir con "eso" que se espera de mi.
Parece mentira que ya en mis cuarentas es que vengo a entender que si me hubiera esforzado en mantener mis sueños, en no perder mi esencia de aquella niña no convencional, la que hace lo que le gusta sin importar lo que los demás estén esperando de ella, hoy quizás estuvieran en pantalla alguna de mis historias. Si, mi sueño era crear historias para cine y televisión, sueños que fueron tronchados y que en los últimos años he sentido que pudieran hacerse realidad, aunque no encuentro el camino para lograrlo.
Hace unos meses vi una serie, "Navillera" (recomendada), es un drama Coreano, tengo desde mediados de la pandemia un interés en este tipo de series, y esta llegó a mi atención, además de elogiarle la forma tan bien lograda de dejar el mensaje, con una construcción de la historia totalmente clásica y predecible, fue aun así casi imposible no conmoverme y aplaudir las actuaciones de sus protagonistas, sus personajes bien construidos, como digo, digna de ver. El punto es, que el mensaje de esta historia es básicamente lo que muchas veces intento convencerme y me digo a mi misma, que puedo lograr mis sueños antes de que finalicen mis días, que la edad no es un impedimento para hacer eso que me gusta, y sobre todo, que si de verdad me apasiona, ¡debo esforzarme más! y dejar de poner de excusa el que no tengo el timpo.
Inspirarme en ese mensaje, que aunque quizás en el fondo es algo que que ya se, a veces hace falta alguien o algo que te lo recuerde y te empuje a dar ese primer paso, para mi, ese primer paso es comenzar a escribir de nuevo, y para esto me hice una promesa, durante este mes de mayo subiré un escrito semanal a este blog, me servirá como ejercicio para retomar el hábito, y con esto retomar esas historias que aun tengo guardadas en algún folder de mi computadora, darle vida nuevamente a mi imaginación y lograr ese sueño que desde pequeña ha llenado mi corazón, un final feliz con banda sonora de fondo y efectos especiales.
Este es el segundo escrito del mes, lo dediqué a la razón de la promesa, una manera de recordarme el objetivo y la meta, y ojalá sirva de recordatorio para alguien más, que para lograr los sueños solo hay que dar el primer paso. ✌
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