Casi 5 meses sin escribir, se pudiera decir que abandone a un hijo, pero la realidad es que fue por el hijo que hizo abandonar el blog.
Hace un año experimente por segunda vez el nacimiento de otro bebe, hace un año y dos meses para ser un poco más exacta, este tiempo vivido me ha despertado una sensación que al parecer se había ocultado o quizás "guardado" por un tiempo. El amor verdadero.
Con un hijo en plena adolescencia, laborando en un área donde todos los días son un aprendizaje y cada minuto en la oficina es de total concentración, viviendo nuevamente la etapa de esposa levantando un hogar nuevo y manejando día a día aquellas situaciones complejas que se presentan cuando decides compartir bajo un mismo techo con una persona que, aunque sientes amor, aprecio, respeto y te complementa, no deja de ser una persona distinta a ti, con otras costumbres, otro pensamiento de la vida y exigencias como pareja que a veces te permiten respirar.
Pero ya esto fue una etapa, ya el adolescente esta a un paso de iniciar su pre-adultez, y aunque es mucho trabajo aun como madre, es un alivio en cuanto a la independencia. La nueva etapa inicia con el Mau, este pequeñito llego a nuestras vidas luego de 4 años de espera, y wao! valió la espera, se que para toda madre su hijo es el más bello y el mejor, pero no es lo que quiero comentar.
Mauriccio revoluciono el hogar, no sé donde están mis adornos de la casa, y a veces cuando los encuentro están en un lugar que no corresponde porque posiblemente se tuvo que mover para que el pequeño no lo tumbara, y hablando de las cosas que se caen, ya uno de mis floreros paso a mejor vida, y estamos tratando que la TV de la sala no corra la misma suerte. Mis porta retratos, pobre de ellos, ya opte por no cambiarlos más porque si no me iba a convertir en la cliente numero uno de Ikea comprando porta retratos. Pero no solo los adornos corren con la suerte de cambios, si no que las puertas de los baños que antes pasaba desapercibido si estaban abiertas o cerradas, ahora puedes admirarlas más, todo el tiempo cerradas. Esto sin mencionar los protectores de las esquinas de las mesas y en la orilla de mi cama, los protectores de los toma corrientes, entre otras cosas más.
Si, Mau llego y llegaron los cambios, bueno, sobre todo un cambio en nuestros estilos de vida, el Vodka era mi bebida favorita, ahora lo es el agua, quien lo diría! antes hacer planes era fácil, ahora hay que verificar la agenda de la abuela para saber si tiene cupo para ser la niñera, las noches en que pasamos de ser una pareja acurrucada en la cama para ser tres acurrucados en la cama, sin mencionar que esas horas de la madrugada son las peores dormidas porque al parecer él entiende que la cabeza va donde mami y los pies son para papi, y estos dos acariciando la orilla de la cama casi compartiendo con el piso. Momentos como este en que puedo concentrarme y a solas escribir, pues creo que este es oro, porque no recuerdo cuando fue el último, ya que si el pequeño no está durmiendo su siesta como ahora, puede que ni al baño entre sola. Me causa tanta risa escribir esto, quizás alguien sin hijos encuentre esto un caos, y si, lo es, pero es un "bonito caos", es emocionante!. A veces me encuentro camino de la oficina a la casa en al carro sonriendo sola, y es porque me imagino como será llegar a mi hogar, preguntándome con que ocurrencia saltara mi Mauriccio, que habrá aprendido nuevo hoy, o quizás solo recordando momentos con él.
Si el amor de madre es el amor mas grande, porque no me imagino permitiendo a otra persona aun sea niño que me toque los porta retratos, y hoy le digo a Mau "si amor, eso es tuyo, pero déjalos ahí en la mesa que se ven más bonitos", sonrío... mis hijos son mi tesoro, mi pasión, mi empuje, mis deseos de crecer y vivir, son mi legado... y recordé con este nuevo retoño el porque lo mejor en la vida es cuidar, guiar, ensenar y ver crecer a un hijo brindándole mucho amor y compresión es para mí la razón de mi vida. Soy feliz, porque mi felicidad es esta, estar con mis hijos, sufrir y regocijarme con sus vidas, no importa, es estar ahí.
El futuro para mi es incierto, no creo en los absolutos y mi metas son cortas, me gusta alcanzar las cosas rápido y vivir el día a día, pero cuando se trata en pensar en mi hijos, en lo que espero para ellos, es diferente, espero verlos en el futuro, me pregunto qué esperan de la vida, que desean conquistar y quien será su amor elegido, como será esa persona, si, me voy lejos, pero es que cuando pienso en ellos dos es como si no me importara hacer planes con tanto tiempo de antelación, como hablar de ir a Disney en 5 o 6 años, o imaginar a CJ viviendo en su hogar con su pareja elegida, no sé por qué hacemos esto los padres, pero cuando de los hijos se trata nos hacemos un "cuento entero en la cabeza".
Para hablar un poco de mis hijos antes de terminar puedo decir que Claudio José es muy parecido a mí y al mismo tiempo es lo que más nos separa, es bohemio, creo que eso lo resume todo, pero puedo decir también que es reservado, familiar, sensible con los suyos e implacable con los lejanos, no tiene planes, solo deseos, no es constante, pero si es dedicado, muchas de etas cosas son mías también, aunque yo tome una vida distinta a la que en realidad desee vivir y siento que esto es lo que me aleja de él, pero no importa, lo comprendo y le permito experimentar sin riesgos muy grandes, lo único que espero de CJ es que todo lo que le he ensenado, todo lo que el compartió y vivió conmigo y en este hogar, sean su lanza para luchar en su vida. Lo mismo espero para Mauriccio, no conocemos aun cual es su personalidad y carácter real ya que ahora está en ese proceso de conocimiento, pero hasta ahora es muy divertido, determinante, curioso, expresivo, y muy cariñoso, además de ser rabioso a la hora de no lograr lo que quiere, creo que todos los bebes son así. Es bueno que sepan que estos dos personajes se aman con locura, se conectan, el chiquito entiende al grande como si hablaran el mismo lenguaje y el hermano mayor lo acepta en su mundo a este pequeñín aunque no tengan cosas en común. Es muy bonito verlos juntos, es otra de las razones por la que sonrío.
El amor más grande, mis hijos.
PS: comencé a escribir a las 2 de la tarde y Mau se despertó antes de que terminara, resulta que estoy posteando el escrito casi a las 5 de la tarde.
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